martes, 2 de noviembre de 2021

Mujer Amante

 Mujer amante 


Quizás es algo muy personal y que seguramente muchos de los que lean esto, no estén de acuerdo. Recuerdo mi infancia con muchos tropezones, momentos que inconscientemente no los recuerdo, supongo que para no sufrir. Hablar de sentimientos es muy relativo, mi dolor no se compara con ningún otro, mis sentimientos no se miden, solo se siente. Recuerdo muchas veces a mi mamá diciéndome que deje de quejarme, lo que me pasa o me pasó son cosas insignificantes en comparación a otros  problemas realmente graves. Sigo creyendo que el dolor o la alegría en otros casos, no tiene comparación. Como vive uno, jamás podrá compararse con otros. 

Así comienza mi “escena de lectura”, un poco fuerte para un comienzo, pero soy así, un poquito “exagerada”. 

Mi niñez estuvo plagada de música, más específicamente de la radio aspen. Mamá es de esas personas que solucionan todo con música, como si la llevara a otro lugar y los problemas quedaran atrás. Mis mañanas empezaban con la radio a todo volumen. En ocasiones, sonaba más fuerte o en otras más bajas, lo raro no era que sonará fuerte o no, sino que lo hacía en momentos no tan “normales”. Era martes por la noche y junto con mi hermana de tres años menos, nos íbamos a dormir bastante temprano, a eso de las 20 hs porque al día siguiente teníamos que ir al colegio. Nos despertó la música, nos miramos sin entender qué pasaba, mis papás no eran de quedarse hasta tarde, mucho menos escuchando música. Éramos tan chicas que no le dimos importancia. 

Terminamos el colegio en diciembre, ya comenzaban las vacaciones, eso significaba que íbamos a estar todo el día en casa. Mamá siempre que pedía que escucharas si había algún mensaje en el teléfono fijo, en esa epoco era muy común que las personas dejaran mensajes grabados. No recuerdo exactamente la edad que tenía, pero sí recuerdo la tristeza de mi mamá. Fueron momentos difíciles, emocionalmente lo eran. Nunca nos faltó nada, tampoco sobrara mucho, no puedo quejarme. 

Estábamos las tres, mi hermana, mi mama y yo, mientras papá trabaja, era un día de muchísimo calor, no teníamos una casa muy grande, tampoco tenía patio. Habíamos estado toda la tarde tiradas en el piso del comedor, escuchando aspen y comiendo helado, mamá siempre muy atenta en todo y muy compañera. Desde muy chica se que ella no estaba del todo bien, que en el fondo había algo que le faltaba. Ese mismo día me pide que me fije si había algún mensaje grabado en el teléfono, estaba sonando la canción de Rata Blanca mujer amante, hasta ahora no entiendo porque, si las canciones que pasan en aspen son todas en ingles. Mientras sonaba la canción, tenía que fijarme si había algún mensaje, y si fue así, había uno. 

Recuerdo no haber estado triste, tampoco entendía el significado del mensaje que había dejado una mujer, claramente era demasiado chiquita para entender qué es lo que pasaba. Mamá en cambio, se estaba riendo pero no era una risa “normal”, era de esas que son con furia, miedo, ganas de llorar, todo junto. Ahí entendí que mamá no está triste porque le faltaba algo, sino porque la persona que había elegido para formar una familia, no era el indicado. 

La voz la sigo recordando, una mujer joven, sonaba hasta dulce. Ella decía que lo quería ver, que quería que la llamara. Esas simples palabras detonaron en mamá lo poco que quedaba. 

Muchos dicen que son etapas y momentos que las parejas tienen, eso es lo que creyeron mis papás, tanto que hasta el día de hoy siguen juntos. Supongo que se preguntaran por qué. La verdad me encantaría decirle que el amor triunfó y que fue mucho más fuerte que los engaños. Pero la realidad es otra, apenas empezar su relación construyeron desde cero sus vidas, tan así que se les ocurrió poner un negocio juntos. 

Hasta el día de hoy es así, de hecho mi hermana más grande y yo formamos parte del negocio familiar. A veces me toca trabajar junto con mamá. La miro y me sorprende lo fuerte que puede ser, la miro y veo una mujer hecha y derecha, la miro y no puede creer como sigue siendo tan buena. Es increíble como el tiempo cambia las cosas y a las personas. 

Hace unos días mientras trabajabamos junto mi mamá y hablando sobre el pasado, recordamos esos momentos de infidelidad de mi padre.  Por momentos se sentía en el aire un poco de tristeza, dejábamos de hablar y había demasiado silencio, entonces se le ocurrió prender la radio y poner radio federal, suena un poco de todo, música nacional e internacional.  


martes, 12 de octubre de 2021

Reseña. Inés Garland

Corregido

Una reina perfecta y La arquitectura del océano. 

Inés Garland nació en Buenos Aires en 1960. Es escritora, traductora y coordina talleres literarios. Publicó novelas y libros de cuentos para adultos, jóvenes y niños entre los que se encuentran Una Reina Perfecta (2005), La Arquitectura del Océano (2014), Con la espada en mi boca (2019), Una vida más verdadera (2017), El jefe de la manada (2014). Con Piedra, papel o tijera (2009) Garland se convirtió en la primera autora latinoamericana en ganar el Premio Deutscher Jugendliteraturpreis. Leerla significa sumergirse en un mundo reflexivo e íntimo, de confesión, búsquedas y amor. En cada uno de sus relatos es posible encontrar el valor de la duda y la mirada de lo auténtico. Tristeza, fracaso y soledad son algunos de los sentimientos vertiginosos en las historias de Inés Garland, incluso en aquellas donde algunas frases son capaces de sacar al lector una sonrisa. 

Los relatos que integran Una Reina Perfecta (2005) y La Arquitectura del Océano muestran que la visión de las mujeres dentro de la literatura no es algo exclusivo de este tiempo, sino que había versiones como las que la autora propone, resistir, casi en una lucha silenciosa, con las normas de la sociedad. Las historias hablan de la búsqueda del amor a veces infructuosa y confirman la profunda comprensión de Garland de los pliegues de la sensibilidad y la emoción del deseo. Con delicadeza y precisión, persiste en capturar la naturaleza humana, como la arquitectura del océano.

La lectura es sencilla pero no significa que sea fácil, la autora ayuda significativamente a la fácil lectura. Esto deja en evidencia la capacidad de síntesis de la autora. 

Crecer, amar y vivir es como saltar al fondo del mar. Deseoso de amor, las protagonistas de estas historias, sobre todo las mujeres, navegan con cuidado por el mundo, atentas a sus propios deseos y a las señales de los demás: gestos que muestran hacia dónde ir, que sugieren aguas tranquilas o que advierten del peligro de encallar.

 Se puede observar que se cumple perfectamente la teoría de Iceberg de Hemingway, todo lo tácito funcionan perfectamente en lo que se insinúa, lo que apenas sale a la superficie. 

“Me gusta estar atenta a cada detalle, no perderme ni un solo compás del movimiento. Todo parece detenerse, como antes de una tormenta”, dice una de las narradoras de los 13 cuentos del libro Una reina perfecta, escrito por Inés Garland. La frase del personaje podría entenderse como uno de los pilares de la prosa de Garland: historias mínimas, en los cuales se convierten en pequeños detalles transcendentes.  

En algunas historias, las personas que cuentan son niñas. Memorizan eventos y esto crea una narrativa específica porque un niño desnaturaliza todos los hechos, desconfiando de lo que es normal. Un narrador a esta edad también puede mostrar cierta crueldad hacia los niños pequeños, no sin afecto. “Mamá es una actriz atrapada en la vida de una esposa cualquiera y está convencida de que la miran permanentemente. Por eso está siempre impecable y no haría nunca nada que no pudiera ser tapa de revista.”

Con una perfecta gestión de la velocidad, Inés Garland se toma el tiempo para crear la atmósfera y hacer las cosas de la forma más natural posible. Tampoco falta el humor. No hay palabras de relleno en estas historias. Todo está ahí porque debería estarlo.

lunes, 4 de octubre de 2021

Reseña. Inés Garland

Cuentos para la reseña 



Tristeza, fracaso y soledad son algunos de los sentimientos vertiginosos en las historias de Inés Garland, incluso en aquellas donde algunas frases son capaces de sacar al lector una sonrisa. 

Los relatos que integran Una Reina Perfecta (2005) muestra que la visión de las mujeres dentro de la literatura no es algo exclusivo de este tiempo, sino que había versiones como las que la autora propone, resistir, casi en una lucha silenciosa, con las normas de la sociedad. 

La lectura es sencilla pero no significa que sea fácil, la autora ayuda significativamente a la fácil lectura. Esto deja en evidencia la capacidad de síntesis de la autora. 

También se puede observar que se cumple perfectamente la teoría de Iceberg de Hemingway, todo lo tácito funcionan perfectamente en lo que se insinúa, lo que apenas sale a la superficie. 

“Me gusta estar atenta a cada detalle, no perderme ni un solo compás del movimiento. Todo parece detenerse, como antes de una tormenta”, dice una de las narradoras de los 13 cuentos del libro Una reina perfecta, escrito por Inés Garland. La frase del personaje podría entenderse como uno de los pilares de la prosa de Garland: historias mínimas, en los cuales se convierten en pequeños detalle transcendente.  

En algunas historias, las personas que cuentan son niñas. Memorizan eventos y esto crea una narrativa específica porque un niño desnaturaliza todos los hechos, desconfiando de lo que es normal. Un narrador a esta edad también puede mostrar cierta crueldad hacia los niños pequeños, no sin afecto. “Mamá es una actriz atrapada en la vida de una esposa cualquiera y está convencida de que la miran permanentemente. Por eso está siempre impecable y no haría nunca nada que no pudiera ser tapa de revista.”




martes, 21 de septiembre de 2021

Nuestra Historia. Rocio Diaz


Corregido 

Nuestra historia 

Dibujo hecho por Melody Watson


Febrero igual que cualquier mes, trabajando, estudiando y saliendo con amigas, se convirtió en un cambio para su vida. Estaba inmersa en una relación con su nuevo estilo de vida, quería dejar de lado todo aquello que le provocaba malestar. 

Por momentos sentía que su vida no tenía ningún rumbo, pero ahí estaba su persona favorita, Max, su novio. 

Pensar en enamorarse era algo que no estaba en sus planes, solo buscaba alguna compañía para pasar los fines de semana. 

Pero retrocedamos un poco, su vida antes de su relación amorosa. Ella estaba segura de que lo que no quería era estar en pareja, no porque no creyera en el amor, sino porque no estaba lista para dar todo o abrir su corazón. Solo quería divertirse, salir y hablar con muchas personas. 

Con el paso del tiempo, se dio cuenta que su manera de ver la vida, no tenía que ver con la aceptación, de saber que le gustas a muchas personas, de llenar ese vacío de inseguridad. Asimilar que las personas que están en su vida, solo están por momentos es doloroso. Darse cuenta  que ese vacío vuelve a estar cuando dejan de hablar. 

Creer que el amor propio se trata de la aprobación de los demás era algo que estaba muy presente en ella. 

No les gustan mucho los cambios radicales, prefiere quedarse amoldada a eso que tanto le había costado formar. Su nuevo estilo de vida consistía en no dejar que la gente la lastimará. Pero en el fondo sabía que estar sola y forma una especie de fortaleza, no le hacía bien a su vida 

Un domingo como tantos otros, aburrido, pensando y escribiendo sus sentimientos en un pequeño diario, se transformó en un día que marcaría su vida, quizás sea un poco exagerado para muchos, pero ella lo sentía así.

La semana pasó como un suspiro. Sin darse cuenta, ya era viernes y le tocaba salir con algunos amigos que había conocido en una fiesta. Después de pasar la noche entera con gente que no conocía, sabiendo en el fondo que era algo pasajero, decidió replantearse lo que hacía. 

Estaba casi terminando el fin de semana, se sentó en el patio a pensar en la vida, con ese atardecer soñado, pero sabiendo que se acaban esos días que la hacen olvidar de todo. Por momentos surgen sentimientos muy profundos. Admitir que estaba sola es muy doloroso para ella. 

Pasaban los días y seguía sintiendo ese malestar en la boca del estómago, miedo, soledad, angustia, todo junto, era muy raro para ella. Pensar en sus inseguridades un domingo por la tarde para ella era recurrente, pero que ese sentimiento siga estando durante los demás días no era lo normal. 

Después de todo, en el fondo ella sabía que tenía que volver a cambiar sus hábitos, su forma de mirar la vida era algo que definitivamente no quería hacer. Pero ahí estaba pensando que debía hacer, si tener que dejar de lado las amistades pasajeras o convertir esas amistades en verdaderas. 

El trabajo y el estudio lograba dejar de pensar en lo que debía hacer con su vida después de los compromisos, pero después de la rutina vuelven esos pensamientos. 

Tanto daño psicológico no le estaba haciendo bien, se sentía sin ganas, totalmente cansada. Mirarse al espejo y no sentir que era ella, su cuerpo y mente ya no le pertenecían, fue ahí donde hizo el click que necesitaba para saber que debía tomar las riendas de su vida. 

Desde ese momento todo cambiaría, solo debía dejar pasar el tiempo, a veces las cosas llegan solas y así fue. 

Navegando por las redes sociales, se encontró con un chico, diferente al tipo de hombre con el que solía salir, eso sin dudas la encantó. Comenzaron a hablar, al principio un poco temerosa, sabía que había algo que le gustaba demasiado. Hablaban todo los días, no se daban ni un respiro, tenían muchas cosas en común, mandarse mensajes era algo cotidiano. Al despertarse lo único que esperaba era su mensaje.  Después de días hablando y queriendo conocerse, llegó el momento, al fin conoció a Max, quien se convertiría en la persona que le cambiaría su vida. 

Habían quedado en ir a un bar. Ansiosa y nerviosa llegó a destino y lo vio, no sabía como reaccionar, sentía que era alguien que ya conocía, pero nunca lo había visto antes. Esa sensación que no se puede explicar con palabras.

Pasaron los meses y sin darse cuenta se habían convertido en una especie de pareja sin título, hacían todo juntos, conversaban todos los días y planificaban sus fines de semana. 

Como todas las relaciones, no todo es color de rosa, había momentos difíciles, donde ponían en duda su relación. 

Pero una pelea en particular marcaría sus caminos juntos. Había quedado en salir a festejar un mes más juntos, no como novios porque no habían etiquetado a la relación, pero era una buena excusa para salir. Era una noche de verano, el cielo estaba repleto de estrellas, ambos vestían muy elegantes y perfumados. Salieron a cenar por el centro de la ciudad de Buenos Aires. Él había reservado una mesa en un restaurante muy lindo. Al llegar al lugar, se sentaron y disfrutaron de la hermosa velada, pero por momentos Max lo único que hacía era distraerse, no dejaba de mirar hacia arriba, ella se había dado cuenta, pero no quería preguntar por vergüenza. Era tanta la distracción de él que terminó preguntándole: 

-¿Te pasa algo?, te noto bastante distraído - preguntó ella.

-Te voy a ser sincero, en la mesa de algo está mi ex pareja- respondió él. 

Ella es totalmente blanca, su piel normalmente es trigueña, ya se imaginarán como estaba.

-¿Qué hacemos? ¿Nos vamos?- le preguntó. 

Sin duda se notaba la tensión que había, él no paraba de mirar a su ex, a pesar de la situación que se había generado. Esto generó en Abril un poco de enojo y tristeza, porque él no hacía nada para dejar pasar ese momento incómodo. Como claramente nadie tomaba ninguna decisión. Ella decidió levantarse e irse, pensó que él la seguiría, pero no fue así. Cada paso que hacía era un puñado en el corazón, realmente sentía muchas cosas por él.

Al llegar a la parada para volver a su casa, aparece él. 

-Perdón - dijo Max. 

Él le tomó la mano, sudorosas de los nervios. 

-Sé que estuve mal, no sabía cómo reaccionar, no quiero que esto genere un daño en nuestra relación, entiendo si estás enojada.

Abril durante su caminata del restaurante hasta la parada del colectivo, había pensado en todo lo que sucedió, ella estaba convencida en terminar la relación, creía que la forma de actuar de él no fue la correcta, menos después de todo lo que le había contado, sus mayores miedos e inseguridades. Estaba segura de que la relación de él con su ex no había terminado. 

-No estoy segura de seguir, no por lo menos así, necesito que me digas que no va a volver a suceder- le contestó Abril. 

-Abril te prometo que no va a volver a suceder. Es una relación del pasado, no sabía que la iba a volver a ver, por eso reaccioné de esa forma -respondió Max. 

Dejaron pasar por lo menos tres colectivos. Estaban nerviosos, ninguno se quería ir. 

-Tengo algo para decirte - dijo Max con voz firme

-Te amo, Abril. 

Sonrojada se quedó muda, sentía que su corazón no paraba de latir como chocaba contra sus costillas, tenía la respiración entrecortada, podía sentir escalofríos por todo el cuerpo. Después de esa hermosa declaración, sellaron ese momento con un beso. 

Desde ese momento no volvieron a separarse hasta el día de hoy.


miércoles, 25 de agosto de 2021

Nuestra Historia. Rocio Diaz

 Consigna: elaborar un cuento en base a una anécdota que nos marco mucho. 

Borrador 

Nuestra historia 


Febrero igual que cualquier mes, trabajando, estudiando y saliendo con amigas, se convirtió en un cambio para su vida. Estaba inmersa en una relación con su nueva forma de vida, quería dejar de lado todo aquello que le provocaba malestar. 

Por momentos sentía que su vida no tenía ningún rumbo, pero ahí estaba su persona favorita, Federico, su novio. 

Pensar en enamorarse era algo que no estaba en sus planes, solo buscaba alguna compañía para pasar los fines de semana. 

Pero retrocedamos un poco, su vida antes de su relación amorosa. Ella estaba segura de que lo que no quería era estar en pareja, no porque no creyera en el amor sino porque no estaba lista para dar todo, ni abrir su corazón. 

Solo quería divertirse, salir y hablar con muchas personas. Con el paso del tiempo se dio cuenta de que eso tenía que ver con la idea de aceptación, de saber que le gustas a muchas personas, de llenar ese vacío de inseguridad, pero que ese vacío vuelve a estar cuando dejan de hablar. 

Creer que el amor propio se trata de la aprobación de los demás era algo que estaba muy presente en ella. 

No les gustan mucho los cambios radicales, prefiere quedarse amoldada a eso que tanto le había costado formar. Su nuevo estilo de vida consistía en no dejar que la gente la lastimará. 

Un domingo como tantos otros, aburrido, pensando y escribiendo sus sentimientos en un pequeño diario, desde ese día todo cambió. Después de pasar la noche entera con gente que no conocía, sabiendo en el fondo que era algo pasajero, decidió replantearse lo que hacía. Replantearse la vida un domingo por la tarde, con ese atardecer soñado, pero sabiendo que se acaba el fin de semana, surgen sentimientos muy profundos. Admitir que estaba sola era realmente muy doloroso para ella. 

Pasaban los días y seguía sintiendo ese malestar en la boca del estómago, miedo, soledad, angustia, todo junto, era muy raro para ella. Pensar en tus inseguridades un domingo por la tarde para ella era recurrente, pero que ese sentimiento siga estando durante los demás días no era lo normal. 

En el fondo ella sabía que tenía que volver a cambiar sus hábitos, la forma de mirar la vida, era algo que definitivamente no quería hacer. Pero ahí estaba pensando que debía hacer, si tener que dejar de lado las amistades pasajeras, o convertir esas amistades en verdaderas. 

El trabajo y el estudio lograba dejar de pensar en lo que debía hacer con su vida después de los compromisos, pero después de la rutina vuelven esos pensamientos. 

Desde ese momento todo cambiaría, solo debía dejar pasar el tiempo, a veces las cosas llegan solas, y así fue. Navegando por las redes sociales, se encontró con un chico, diferente al tipo de hombre con el que solía salir, eso sin dudas la encantó. Comenzaron a hablar, al principio un poco temerosa, sabía que había algo que le gustaba demasiado. Comenzaron a hablar casi sin respirar, tenían muchas cosas en común, mandarse mensajes era algo cotidiano. Al despertarse lo único que esperaba era su mensaje.  Después de días hablando y queriendo conocerse, llegó el momento,al fin conoció a Federico, quien se convertiría en la persona que le cambiaría su vida. 

Habían quedado en ir a un bar. Ansiosa y nerviosa llegó a destino y lo vio, no sabía como reaccionar, sentía que era alguien que ya conocía, pero nunca lo había visto antes. Esa sensación que no se puede explicar con palabras.

Pasaron los meses y sin darse cuenta se habían convertido en una especie de pareja sin título, hacían todo juntos, hablaban todos los días y planificaban sus fines de semana. 

Como todas las relaciones no todo es color de rosa, había momentos difíciles. Donde ponían en duda su relación. 

Pero una pelea en particular, marcaría sus caminos juntos. Había quedado en salir a festejar un mes más juntos, no de novios porque no habían etiquetado a la relación, pero era una buena excusa para salir. Era una noche de verano, el cielo estaba repleto de estrellas, los dos vestían muy elegantes y perfumados. Salieron a cenar por el centro de la ciudad. Él había reservado una mesa en un restaurante muy lindo. Llegaron al lugar se sentaron y disfrutaron de la hermosa velada, pero por momentos Max lo único que hacía era distraerse, no dejaba de mirar hacia arriba, ella se había dado cuenta, pero no quería preguntar por vergüenza, Era tanta la distracción de él que terminó preguntándole: 

-¿Te pasa algo?, te noto bastante distraído - preguntó ella.

-Te voy a ser sincero, en la mesa de algo está mi ex pareja- respondió él. 

Ella es totalmente blanca, su piel normalmente es trigueña, ya se imaginarán como estaba.

-¿Qué hacemos? ¿Nos vamos?- le preguntó. 

Sin duda se notaba la tensión que había, él no paraba de mirar a su ex. Esto generó en Abril un poco de enojo y tristeza porque él no hacía nada para dejar pasar ese momento incómodo. Como claramente nadie tomaba ninguna decisión. Ella decidió levantarse e irse, pensó que él la seguiría, pero no fue así. Cada paso que hacía ella era un puñado en el corazón, realmente sentía muchas cosas por él.

Al llegar a la parada para volver a su casa, aparece él. 

-Perdón - dijo Max. 

La tomó de la mano, sudorosas de los nervios. 

-Sé que estuve mal, no sabía como reaccionar, no quiero que esto genere un daño en nuestra relación, entiendo si estás enojada. 

Abril durante su caminata del restaurante hasta la parada del colectivo, había pensado en todo lo que sucedió, ella estaba convencida en terminar la relación, creía que la forma de actuar de él no fue la correcta, menos después de todo lo que le había contado, sus mayores miedos e inseguridades. Estaba segura de que la relación de él con su ex no había terminado. 

-No estoy segura de seguir, no por lo menos así, necesito que me digas que no va a volver a suceder- le contestó Abril. 

-Abril te prometo que no va a volver a suceder. Es una relación del pasado, no sabía que la iba a volver a ver, por eso reaccioné de esa forma -respondió Max. 

Dejaron pasar por lo menos tres colectivos. Estaban nerviosos, ninguno se quería ir. 

-Tengo algo para decirte - dijo Max con voz firme

-Te amo, Abril. 

Sonrojada se quedó muda, sentía que su corazón no paraba de latir, como chocaba contra sus costillas, tenía la respiración entrecortada, podía sentir escalofríos por todo el cuerpo. Después de esa hermosa declaración, sellaron ese momento con un beso. 

Desde ese momento no volvieron a separarse hasta el día de hoy. 

  

 

miércoles, 23 de junio de 2021

Subjuntivo. Juan Sasturain

Análisis 


Subjuntivo es una forma lingüística de expresar el comportamiento de un verbo en el sentido de duda, posibilidad o deseo. 

Este cuento atraviesa esta situación de posibilidad, de suposición, sin la certeza de que algo de todo aquello haya sucedido o pueda sucede. Hacia el final esto cambia y la seguridad aumenta. 

El cuento narra una suerte de juego macabro. El protagonista le cuenta, invitándolo a suponer o imaginar, a alguien una serie de sucesos confusos, que se despierta dolorido, que no recuerda quien es. que recibe en su cama a una mujer que lo deleita, que ve el ícono de un dragón en el cuerpo de la mujer, en los objetos que utiliza y en la persona de un hombre llamado Subjuntivo de quien recibe una foto y por quien es conminado a investigar y a suponer que él mismo ha sido el asesino de los hombres fotografiados. También es invitado a suponer que Subjuntivo le ha dado una carta en la que está leyendo (y no oyendo) toda la serie de suposiciones que acaban de ser mencionadas; es decir, todo lo que el protagonista ha experimentado de forma supuesta. El cuento abre varias lecturas que modifican su historia. Por un lado, narra la historia de una venganza entre dos protagonistas criminales. El protagonista había sido capturado por el jefe de una mafia, había sido golpeado, quizás drogado o torturado hasta hacerlo entra en un trance en lo que ha perdido la memoria de si mismo y la noción de los limites entre lo real y lo imaginario.

miércoles, 9 de junio de 2021

La Vida y Sofia

Madre Soltera



Quedó sola con una boca más que alimentar. Ella es Sofía, madre de Juan, pasa todos los días en su casa, a veces sola o acompañada de su pequeño hijo. Después de la muerte repentina de su marido, Arturo, sus días empezaron a ser oscuros, sin rumbo, lo único que la sostenía era Juan, pero todo seguía siendo muy difícil para ella.

Un día, como todos los demás, hace su rutina diaria: se levanta, desayuna con su hijo y se vuelve acostar. Sin embargo, hoy no fue así, suena el teléfono de la casa, era Marta la madre de su esposo.


- ¡No te asustes! Tengo en mis manos una carta de Arturo - dijo Marta

- ¿Una carta? - responde Sofia

- Si, una carta. Esta dirigida para vos. No te preocupes ya estoy a unas cuadras de tu casa - responde Marta.


    Sofia desconsolada le abre la puerta a su suegra y la abraza. Sin dudar toma la carta y la abre. Dentro de ella encuentra un cheque de un millón de dólares y las ultimas palabras de su marido.

Sin entender lo que sucedía, le pidió a Marta que la deje sola y que se llevara a su nieto. Quiere poder procesar todo lo que le está pasando.

Agarra unas píldoras y una botella de vino, se sienta en el sofá, donde su marido pasaba las tardes junto a ellos, comienza a leer la carta con lágrimas en los ojos, toma un arma y se suicida.


    Pero retrocedamos un poco, antes de la muerte de Arturo, el esposo de Sofía. Abogado y empresario de una de las empresas más grandes de San Luis, tenía un historial bastante desagradable, tomó el camino de la corrupción y de los negocios turbios.

Se la pasaba viajando y disfrutando de sus millones. Hasta que uno de sus negocios salió mal, o por lo menos no era lo esperaba.

    Horacio su socio y amigo de toda la vida , lo había estafado. Después de eso no volvió a saber nada de él. Lo había dejado con una enorme deuda, se había fugado con todo el dinero y la mercancía, pero eso no era lo peor. En esta historia aparece Mario, quién es el narcotraficante más conocido de San Luis, justamente a quien le debían el dinero .

Días después de lo sucedido, y que Mario se enterara de la traición de Horacio, busco sin parar a Arturo, quien ya sabia sabia cual era su destino, la muerte.

    Antes de encontrar sin vida a Arturo, él escribió una carta explicándole todo a su mujer.

Sus últimos días de vida habían empeorado, no podía pagar todo lo que debía, dejando a su familia en la ruina, con deudas y con mucha gente descontenta. Claramente el dinero que le dejó a su mujer e hijo no era suficiente, solo bastaba para que comenzaran sus vidas en algún otro país.


    Sofía al leer la carta se entera de todo, el marido le había confesado sus actos delictivos. Es claro que Sofía no conocía a su marido y Arturo tampoco a ella. La carta había sido un detonante en el suicidio de Sofia.


    Recibida en la universidad de Buenos Aires, licenciatura en Marketing, Sofía a sus 25 años conoce a Arturo, por amigos en común, sin dudas fue amor a primera vista, desde ese momento fueron inseparables.

Poco tiempo después nace Juan, un proceso muy duro para ella, durante años creyó que no podía tener hijos, pero ahí estaba casada y por tener un hijo.

Sofia había sido diagnosticada, desde muy pequeña, con trastornos alimenticios, y luego del embarazo con depresión post parto. Todo ese proceso fue muy duro, vivía medicada y sin entender lo que sucedía a su alrededor. 


    Antes de su muerte, escribe una carta. Decía que ella era culpaba de todo lo que había sucedido, afirma que si hubiese estado más tiempo con su marido y no medicada, sin entender lo que sucedía, todo hubiese sido diferente.


Mujer Amante

  Mujer amante  Quizás es algo muy personal y que seguramente muchos de los que lean esto, no estén de acuerdo. Recuerdo mi infancia con muc...